Fracasos diplomáticos de Bisonte Fucks
En estos cuatro años, las características sobresalientes de la política exterior de la administración foxista han sido:
a) Un marcado continuismo con respecto de las administraciones anteriores. A pesar de que discurso oficialista insiste en un cambio en el rumbo de la política exterior a partir de la llegada de Vicente Fox, la verdad es que hay más elementos indicativos de un continuismo. Es cierto que la política exterior de México cambió, pero el giro vino a mediados de la década de los ochenta. El nuevo presidente mexicano continuó básicamente con la misma línea de política exterior de las últimas administraciones priístas. El cambio en el gobierno de Fox respecto de la política exterior fue de forma y no de fondo. Es decir, en su sexenio las cosas se hacían de diferente forma, pero los objetivos generales eran los mismos. El mérito de Fox fue haberle dado coherencia al discurso de política exterior, puesto que, en las administraciones priístas, había una contradicción entre lo que se decía y lo que se hacía en la materia. El continuismo de la política exterior de Fox se refleja en un creciente acercamiento a Estados Unidos y un gradual alejamiento a las posiciones tradicionalistas, especialmente respecto de Cuba.
b) Un alto conflicto entre el Ejecutivo y el Congreso respecto del proceso de toma de decisiones de política exterior. Al presidente mexicano le faltó negociar y buscar consensos con los actores políticos de México con respecto de las relaciones internacionales del país. El conflicto entre ambos poderes mermó la política exterior del presidente Fox puesto que hubo poca coincidencia de puntos de vista en los principales temas de la agenda. La división de opiniones se reflejó con mayor notoriedad principalmente en los temas de las relaciones con Estados Unidos y Cuba.
c) Una política exterior poco democrática. A pesar de la promesa del cambio democrático, las principales decisiones de la política exterior del presidente Fox siguen siendo tomadas por la élite política y económica de México. El Ejecutivo y las secretarías de Estado concentran el poder de decisión. El Congreso ha estado al margen de las principales decisiones de política exterior. Los actores no estatales y la sociedad civil han incrementado gradualmente su influencia en el proceso de formulación, pero aún no tienen el peso suficiente para incidir en el rumbo de la política exterior. Es evidente que los grupos de presión de los empresarios han sido los más influyentes en el diseño de la política exterior de México.
d) Una capacidad de negociación internacional menguada. Como ya se mencionó, la política exterior de Fox gozó de un amplio margen de negociación debido al triunfo electoral en 2000. Sin embargo, el “bono democrático” se diluyó debido principalmente a los ataques del 11 de septiembre y a los conflictos internos, como fueron el enfrentamiento con el Congreso y el caso del desafuero de Andrés Manuel López Obrador.
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