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abril 30, 2007

Con Excomunión de Ebrard, Iglesia Inicia Campaña Presidencial

A que pinches curas, en lugar de andar diciendo pendejadas, deberian mejor dedicarse a lo suyo, y no fingir que defienden la vida cuando en realidad sus fines son meramente politicos, y desde aqui le digo a Perberto Rivera que chingue su madre y deje de andar haciendo al pendejo, por que el es quien menos tiene moral para navegar con bandera de defensor de la vida, cuando el solo es un vulgar defensor de pederastas.


Al emitir una excomunión contra el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, la Iglesia católica mexicana se mete de lleno y con excesiva anticipación a la próxima contienda presidencial, para la que descalifica a quien va despuntando como el principal candidato progresista.

Según la Arquidiócesis Primada de México, dirigida por el cardenal Norberto Rivera Carrera, Ebrard puso en peligro "su alma y salvación eterna" al firmar la ley aprobada por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), que despenaliza (no impone) en la capital mexicana el aborto hasta las 12 semanas de gestación.

La excomunión de Ebrard fue la orden de arranque para que la santurronería mexicana iniciara el exorcismo de su principal demonio, quien está en vías de arrebatarles el poder mal habido y peor ejercido, que sienten suyo por mandato divino.

El exorcismo de Marcelo Ebrard tiene invocaciones como "defeño pontífice", ''político que juega a ser dictadorzuelo" y "se siente con el derecho imperial de obligar a los cristianos a rendirle adoración al César y comer la carne inmolada a los ídolos", según declaraciones atribuídas al cardenal Rivera, quien señaló que en el momento que Ebrard firmó la despenalización del aborto "quedó fuera de la iglesia", sin aclarar qué fue de los promotores y apoyadores de esa ley, si lo acompañan en la excomunión o fueron perdonados, como perdonados han sido Nicolás Aguilar, Marcial Maciel y sus seguidores pederastas.

Casi al mismo tiempo, el obispo de Campeche, Ramón Castro, convocó a los católicos a luchar por ocupar cargos políticos, donde se toman las decisiones importantes del país, a fin de contrarrestar "a la cultura de la muerte" y defender a la vida, como ahora califican su combate a la ciudadanía liberal y consciente que se opone al conservadurismo ultraderechista.

En esta campaña presidencial muy anticipada que activó la Iglesia, las cúpulas empresariales ya también iniciaron su parte, igual que el gobierno federal “institucionalmente” descabezado por Felipe Calderón, que en boca del secretario de Salud y director del Seguro Social, ya tocaron a rebato para iniciar otra Guerra Sucia, negándose a acatar en el Distrito Federal una legislación local, con lo que rompen a conveniencia la esencia del Pacto Federal.

Como en los mejores tiempos de Santa Anna, la jerarquía católica arma conjuras con personajes del más rancio oscurantismo, como Guillermo Bustamante, eterno presidente de la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF), quien pide que la Iglesia haga sus exhortos "sin mencionar nombre del candidato o las siglas del partido, eso nos toca a nosotros como laicos, por eso denunciamos al Partido de la Revolución Democrática (PRD), y al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard".

Más claro, ni el agua. Y de corridito, sin pausas. No impugnan una idea general, social. Combaten a una persona en particular, a un grupo en especial, al que consideran "El Enemigo".

La Iglesia católica, como en los tiempos de Santa Anna, se vuelve a meter en terrenos políticos, supuestamente lejanos de su ministerio eclesiástico, maniobrando entre sombras y anatematizando en público para acomodar las circunstancias sociopolíticas a sus intereses mundanos, demasiado alejados de las Escrituras que dicen seguir.

En el tiempo de canallas que ha descrito Andrés Manuel López Obrador, son estos curas y fariseos y sus modernos “doctores de la ley”, quienes crucifican de nuevo no a un hombre, sino a millones de ciudadanos.


Con información de Blogotitlan

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