Denuncia hermano de Brad Will obstrucción de caso
El hermano del periodista estadounidense, Brad Will, asesinado a tiros en octubre pasado durante el conflicto social en Oaxaca denunció hoy que las autoridades de ese estado intentan obstruir las investigaciones para exculparse.
Bradley Ronald Will murió el 27 de octubre de 2006 en la capital oaxaqueña, cuando cubría un enfrentamiento entre los sectores sociales alzados contra el gobernador estatal, Ulises Ruiz, y personas afines al mandatario.
Su hermano Craig explicó en una rueda de prensa en la capital mexicana que él y sus padres se han reunido esta semana con ONGs, testigos, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH, Defensor del Pueblo) , el embajador de Estados Unidos en México, Antonio Garza, y funcionarios de la fiscalía del estado de Oaxaca y del gobierno central.
La familia demanda una investigación justa e imparcial, que los culpables vayan a juicio, el fin de la impunidad para aquellos que asesinaron y violaron derechos humanos en Oaxaca, y volver a llamar la atención de la gente sobre la situación en ese estado y en otros lugares México.
Entre mayo y diciembre del año pasado, Oaxaca fue escenario de una grave revuelta social que ocasionó 20 muertes, 11 relacionadas directamente con la crisis y nueve de forma indirecta, y dejó millonarias pérdidas en la zona, uno de los principales destinos turísticos mexicanos.
Will explicó que la investigación que conduce la fiscalía estatal llega a conclusiones "en muchos casos ilógicas e irracionales, no fundadas y que ignoran pruebas" .
"Esta investigación sólo trata de probar sus propias teorías sobre los hechos, aprovechándose para inculpar a los de la APPO y no señalar a ninguna autoridad del Estado" , aseguró Will.
La APPO o Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca aglutinó a los sectores sociales que secundaron una huelga iniciada por los maestros el 22 de mayo, origen de la crisis.
El hermano del periodista desaparecido añadió que existen nuevas fotografías que muestran a Bradley herido nada más caer y ya con dos disparos, lo que contradice el informe pericial oficial, en el que se señala que fue herido de un tiro y que hubo un segundo a quemarropa camino del hospital.
Dudó también de los motivos de la liberación de los dos detenidos por su presunta responsabilidad en los hechos, rechazando la hipótesis de la fiscalía de Oaxaca de que estaban demasiado lejos para ser los autores de los disparos.
Igualmente rechazó el argumento de que las balas que mataron a Bradley eran de 9 milímetros, cuando las armas requisadas a los sospechosos eran del calibre 38, y recordó que las autoridades tardaron hasta cuatro días en confiscar las pistolas.
Dijo que las autoridades de Oaxaca presionaron y amenazaron a muchos testigos de los hechos y a otros ni los interrogaron.
"El Estado hizo una investigación incompetente" , reiteró, y agregó que "sólo intentaban absolverse a sí mismos y que se dejara de investigar" .
Aseguró que se siente más tranquilo porque hay una investigación paralela de la Procuraduría General de la República (la fiscalía general del país) , de la que aseguró "es mucho más profesional" y dijo que debería de hacerse cargo del caso.
Informó también de que el pasado día 16 de marzo cuatro congresistas estadounidenses remitieron una carta firmada a la Secretaria de Estado de EU, Condoleezza Rice, en la que mostraban su preocupación por la "situación de deterioro de los derechos humanos en México" .
En la misiva, cuyo facsímil pudo revisar, piden a Rice que llame al presidente mexicano, Felipe Calderón, para reclamarle que se lleve a cabo la investigación pronta e imparcial del asesinato de Will.
Bradley Ronald Will murió el 27 de octubre de 2006 en la capital oaxaqueña, cuando cubría un enfrentamiento entre los sectores sociales alzados contra el gobernador estatal, Ulises Ruiz, y personas afines al mandatario.
Su hermano Craig explicó en una rueda de prensa en la capital mexicana que él y sus padres se han reunido esta semana con ONGs, testigos, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH, Defensor del Pueblo) , el embajador de Estados Unidos en México, Antonio Garza, y funcionarios de la fiscalía del estado de Oaxaca y del gobierno central.
La familia demanda una investigación justa e imparcial, que los culpables vayan a juicio, el fin de la impunidad para aquellos que asesinaron y violaron derechos humanos en Oaxaca, y volver a llamar la atención de la gente sobre la situación en ese estado y en otros lugares México.
Entre mayo y diciembre del año pasado, Oaxaca fue escenario de una grave revuelta social que ocasionó 20 muertes, 11 relacionadas directamente con la crisis y nueve de forma indirecta, y dejó millonarias pérdidas en la zona, uno de los principales destinos turísticos mexicanos.
Will explicó que la investigación que conduce la fiscalía estatal llega a conclusiones "en muchos casos ilógicas e irracionales, no fundadas y que ignoran pruebas" .
"Esta investigación sólo trata de probar sus propias teorías sobre los hechos, aprovechándose para inculpar a los de la APPO y no señalar a ninguna autoridad del Estado" , aseguró Will.
La APPO o Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca aglutinó a los sectores sociales que secundaron una huelga iniciada por los maestros el 22 de mayo, origen de la crisis.
El hermano del periodista desaparecido añadió que existen nuevas fotografías que muestran a Bradley herido nada más caer y ya con dos disparos, lo que contradice el informe pericial oficial, en el que se señala que fue herido de un tiro y que hubo un segundo a quemarropa camino del hospital.
Dudó también de los motivos de la liberación de los dos detenidos por su presunta responsabilidad en los hechos, rechazando la hipótesis de la fiscalía de Oaxaca de que estaban demasiado lejos para ser los autores de los disparos.
Igualmente rechazó el argumento de que las balas que mataron a Bradley eran de 9 milímetros, cuando las armas requisadas a los sospechosos eran del calibre 38, y recordó que las autoridades tardaron hasta cuatro días en confiscar las pistolas.
Dijo que las autoridades de Oaxaca presionaron y amenazaron a muchos testigos de los hechos y a otros ni los interrogaron.
"El Estado hizo una investigación incompetente" , reiteró, y agregó que "sólo intentaban absolverse a sí mismos y que se dejara de investigar" .
Aseguró que se siente más tranquilo porque hay una investigación paralela de la Procuraduría General de la República (la fiscalía general del país) , de la que aseguró "es mucho más profesional" y dijo que debería de hacerse cargo del caso.
Informó también de que el pasado día 16 de marzo cuatro congresistas estadounidenses remitieron una carta firmada a la Secretaria de Estado de EU, Condoleezza Rice, en la que mostraban su preocupación por la "situación de deterioro de los derechos humanos en México" .
En la misiva, cuyo facsímil pudo revisar, piden a Rice que llame al presidente mexicano, Felipe Calderón, para reclamarle que se lleve a cabo la investigación pronta e imparcial del asesinato de Will.
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