No pasa nada ...
La ignorancia y la pasividad de muchos Mexicanos, ¿ Será a caso por eso que dicen .... cada pueblo tiene el gobierno que se merece?
Hagan lo que hagan, los tecnócratas se saben a salvo, pues confían en la pasiva resignación del ciudadano mexicano, castrado por la televisión y las buenas conciencias alimentadas en los púlpitos. Lo han comprobado innumerables ocasiones, desde la época de Miguel de la Madrid, cuando una y otra vez se imponía el “apretón de cinturón” dizque para “estimular el empleo”, “aumentar el gasto social” y proteger a las clases más necesitadas, que con el tiempo se vio que eran la empresarial y la política.
Los tecnócratas adueñados del poder malbarataron lo que no les pertenecía y no pasó nada. “Para adelgazar al Estado”, dijeron.
Crearon una concentración de riqueza y esparcieron la pobreza, y no pasó nada. “Cosas del mercado”, alegaron.
Convirtieron en deuda pública los atracos privados, y no pasó nada. “Se salvó a la patria”, justificaron.
Permitieron la impunidad de Fox y su parentela y nada pasó. “Son puros chismes”, argumentaron.
Robaron una elección con trampas, mentiras e ilegalidades y no pasó nada. “No se afectó su resultado”, votaron los magistrados.
Hoy suben los precios de luz, gas, gasolina, leche, tortilla... y tampoco pasa nada.
Con todas sus maromas, no hubo un solo grito, ni un cacerolazo, ni una protesta en la calle. Todos callados, sumisos, como estaba previsto y se esperaba. Apechugando con los superiores dictados del gobierno representante de las “instituciones”. En silencio se rumia el descontento. Pero nadie levanta la voz, amedrentados con los movimientos de tropas que supuestamente combaten al narcotráfico, y tal vez para no contradecir los anuncios de la televisión de que ahora sí hay mano firme en el rumbo del país
“Aguantan más”, han de decirse en el gabinete económico manejado por los Chicago Boys, decididos a expoliar más al aguantador pueblo mexicano. Ya vieron que no pasa nada. Su malvado “juego de escenarios”, que puso en boga Salinas y su escudero francés Córdoba Montoya, les hizo prever protestas aisladas, inconexas, de palabra fácilmente acallada por la cerrazón de los medios y la avalancha de spots en televisión.
“Son incentivos para la producción”, dice ahora Eduardo Sojo para justificar todas las alzas, como eco de su hoy jefe Calderón al aprobar y hacer que se aprobara el atraco del Fobaproa “para salvar el sistema financiero mexicano”, que de todos modos desapareció en ventas sucias a trasnacionales bancarias.
México no camina porque ya no tiene impulso. La bujía popular está mojada desde hace muchos años y por eso no enciende.
Parece que las pretensiones de la anexión a los Estados Unidos, pronto la podrán llevar a cabo Calderón y sus muchachos. Ya vieron que el miedo sembrado en la campaña electoral, continuado con las intervenciones violentas de las milicias de la PFP y aumentado con los recientes operativos conjuntos de supuesto combate al narcotráfico, logró su cometido de atemorizar a la población, para que acepte sin chistar las manipulaciones económicas de hoy, que llevan (mal pensados que somos) a la cesión geopolítica de mañana.
El gobierno mexicano se ejerce desde Washington mediante sus personeros que agreden diariamente a los ciudadanos... y
Hagan lo que hagan, los tecnócratas se saben a salvo, pues confían en la pasiva resignación del ciudadano mexicano, castrado por la televisión y las buenas conciencias alimentadas en los púlpitos. Lo han comprobado innumerables ocasiones, desde la época de Miguel de la Madrid, cuando una y otra vez se imponía el “apretón de cinturón” dizque para “estimular el empleo”, “aumentar el gasto social” y proteger a las clases más necesitadas, que con el tiempo se vio que eran la empresarial y la política.
Los tecnócratas adueñados del poder malbarataron lo que no les pertenecía y no pasó nada. “Para adelgazar al Estado”, dijeron.
Crearon una concentración de riqueza y esparcieron la pobreza, y no pasó nada. “Cosas del mercado”, alegaron.
Convirtieron en deuda pública los atracos privados, y no pasó nada. “Se salvó a la patria”, justificaron.
Permitieron la impunidad de Fox y su parentela y nada pasó. “Son puros chismes”, argumentaron.
Robaron una elección con trampas, mentiras e ilegalidades y no pasó nada. “No se afectó su resultado”, votaron los magistrados.
Hoy suben los precios de luz, gas, gasolina, leche, tortilla... y tampoco pasa nada.
Con todas sus maromas, no hubo un solo grito, ni un cacerolazo, ni una protesta en la calle. Todos callados, sumisos, como estaba previsto y se esperaba. Apechugando con los superiores dictados del gobierno representante de las “instituciones”. En silencio se rumia el descontento. Pero nadie levanta la voz, amedrentados con los movimientos de tropas que supuestamente combaten al narcotráfico, y tal vez para no contradecir los anuncios de la televisión de que ahora sí hay mano firme en el rumbo del país
“Aguantan más”, han de decirse en el gabinete económico manejado por los Chicago Boys, decididos a expoliar más al aguantador pueblo mexicano. Ya vieron que no pasa nada. Su malvado “juego de escenarios”, que puso en boga Salinas y su escudero francés Córdoba Montoya, les hizo prever protestas aisladas, inconexas, de palabra fácilmente acallada por la cerrazón de los medios y la avalancha de spots en televisión.
“Son incentivos para la producción”, dice ahora Eduardo Sojo para justificar todas las alzas, como eco de su hoy jefe Calderón al aprobar y hacer que se aprobara el atraco del Fobaproa “para salvar el sistema financiero mexicano”, que de todos modos desapareció en ventas sucias a trasnacionales bancarias.
México no camina porque ya no tiene impulso. La bujía popular está mojada desde hace muchos años y por eso no enciende.
Parece que las pretensiones de la anexión a los Estados Unidos, pronto la podrán llevar a cabo Calderón y sus muchachos. Ya vieron que el miedo sembrado en la campaña electoral, continuado con las intervenciones violentas de las milicias de la PFP y aumentado con los recientes operativos conjuntos de supuesto combate al narcotráfico, logró su cometido de atemorizar a la población, para que acepte sin chistar las manipulaciones económicas de hoy, que llevan (mal pensados que somos) a la cesión geopolítica de mañana.
El gobierno mexicano se ejerce desde Washington mediante sus personeros que agreden diariamente a los ciudadanos... y
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