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enero 16, 2007

Asimetrias; La escalada

Felipe Calderón se sabe espurio y actúa como tal. Deja subir los precios y con desplante castrense dice que detendrá, en el futuro, las alzas. Pero no dice que bajarán los precios.

por Fausto Fernández Ponte

I

La rapidísima ascensión en los precios de bienes y servicio de consumo necesario —o básico— tiene mucho que ver con el desplante castrense del Presidente Calderón.

Subráyese que el desplante ocurrió cuando la espiral alcista en los precios de bienes y servicios básicos estaba ya en un frenesí espectacularmente dramático.

El precio de la tortilla, del huevo, la leche, frijoles, arroz, otras verduras, frutas, bienes industrialmente derivados, abasto de energía, está en espiral ascendente.

Y don Felipe nos dice, tardíamente, que va a detener el alza, pero convenientemente evade decirnos que no bajarán los precios, que no se volverá a sus niveles anteriores al alza.

Existe, pues, una correlación dialéctica del desplante de autoritarismo por la fuerza de las armas y no de la política, y el alcismo irrefrenable —atribuido a "especuladores"—.

Ambos son síntomas de inseguridad, por un lado, y de debilidad, por otro. Don Felipe se siente inseguro. Y el Presidente se siente, como tal, flébil. Grave. Por peligroso.

Por ello, ese algo tiene que ver en la sensibilidad del mexicano políticamente consciente —fuese de la ideología que fuese—, con su comprensión dialéctica de hechos públicos.

Sin duda. Tanto el desplante militarote como permitir la escalada en los precios tienen vínculos insoslayables, aunque no visibles a simple vista, aunque el mexicano los sospecha.

II

Y allí están esos vínculos, visibles —en toda su nítida diafanidad— para quienes, como este escribidor, ejercemos el noble oficio de interpretar manifestaciones de la realidad.

Así, el Estado mexicano y su personero emblemático, don Felipe del Sagrado Corazón de Jesús —¡qué nombre tan engañosamente pío! — nos envían mensajes muy claros.

Son mensajes de poder, desde luego. Pero, dicho de otro estilo, son mensajes de autoridad que antójase espuria de origen: El Presidente se sabe espurio y así actúa.

Es decir, actúa espuriamente don Felipe porque sabe que millones de sus compatriotas lo consideran que fue ungido mandatario mediante un fraude electoral.

Abundemos: Que algunos mexicanos duden del hecho fedatario del fraude, básteles con leer el mismísimo dictamen del Tribuna Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Ése es un documento fedatario, de indudable valor histórico y, ergo, de historicidad incontrovertible. El propio Tribunal exhibe allí las razones de su actuación.

Y esa actuación obsérvase absurda y entiéndese aberrante.

En su dictamen, el Tribunal consignó las incidencias del fraude, pero contradictoriamente convalidó la elección.

Ese trapecismo de premisas y transvestismo de silogismos jurídicos de los magistrados, concluye en que no es conveniente anular la elección y realizar nuevos comicios.

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